Redactado por: Hermanas de Santa Cruz – Perú

Con estas palabras hemos recibido a nivel mundial la bendición Urbi et Orbi del papa Francisco, que nos ha llevado a profundizar la necesidad de remar juntos para salir victoriosos de esta gran tempestad de la pandemia, nadie imaginó que llevaría a tales consecuencias, como la perdida de tantas vidas que dejan heridas profundas en las familias.

Al mismo tiempo constatamos que Dios no abandona a su pueblo, en esta dura realidad se hace presente por medio de la generosidad de tantas personas que se solidarizan con los más necesitados. Surge en nuestro corazón la alabanza y agradecimiento a Dios porque de un mal saca un bien.

Pandemia: Tiempo de subir a la barca y remar juntosLa situación de confinamiento por el covid-19, es para nosotras la ocasión propicia para fomentar el trabajo en equipo con los sacerdotes y familias que se hacen presente con sus donativos para la gente necesitada. Lo hemos sentido como una oportunidad para conocer las realidades de las familias más vulnerables y poder acercarnos con palabras de esperanza.

Al no ser posible realizar las actividades pastorales programadas, El Señor nos ha abierto otro campo de pastoral a través de la liturgia con los sacerdotes acompañándoles en las celebraciones Eucarísticas que son transmitidas por la radio y por Facebook convirtiéndose en un medio para poder llegar a todas las familias de la ciudad y las comunidades.

Es un tiempo donde hemos intensificado la oración de intercesión por el dolor que experimenta el mundo entero

Que el Señor de la Misericordia sea para nosotros el mejor compañero en nuestro caminar, para mirar esta realidad como una oportunidad de acercarnos más a Él y poder descubrir la manera como Él nos está hablando.

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