Dios sea bendito
59 años de presencia Salesia en la Delegación de Ecuador.
Un himno nos recuerda que cuando sembramos para el Maestro, no trabajamos solos. De hecho, cuando nos esforzamos por sembrar las preciosas semillas de las verdades del Evangelio, podemos tener la certeza de contar con ayuda divina. Esa certeza ha acompañado a las Hermanas Salesias durante estos 59 años de recorrido en la Delegación del Ecuador. Para ello, ha sido necesario dejarse arar, abonar y regar por Él.
Pedimos la intercesión de María santísima, la tierra buena por excelencia en la cual germinó y se hizo carne la Palabra de Dios por obra y gracia del Espíritu Santo, pidámosle al Señor que derrame a manos llenas su Espíritu sobre la Congregación y renovemos ante Él nuestra disposición a dejarnos trabajar y convertir en un terreno cada día más apto para recibir en nosotros el reino de Dios, es decir, el poder del Amor, y dar frutos de vida eterna, en el lugar que él nos ha plantado.
Nuestra gratitud a las primeras Hermanas que no tuvieron miedo de sembrar la semilla de su Palabra a cuantos fueron encontrando en el camino.