Cuba

“El amor de Cristo nos apremia”, convertimos nuestra vida a las exigencias del Evangelio (RdV # 60).

Comunidad de Manicaragua

El amor de Cristo nos apremia (2 Cor. 5,14); por tanto, dirigimos nuestra vida a las exigencias del Evangelio, para hacer resonar la Palabra de salvación y favorecer el encuentro del hombre con el Dios amor.

Animadas por el testimonio de san Francisco de Sales, que utilizó todas sus energías para la unidad de la fe, tres hermanas salesias son enviadas a Cuba, el 18 de abril de 2015. Las misioneras son: sor Matilde Paredes, sor Silvia Garzón y sor Ismenia Bastidas.

La zona pastoral cuenta con una sola parroquia ubicada en Manicaragua, que sobrepasa los 64 mil habitantes, diseminados en poblados y caseríos por toda la zona montañosa del lugar (Scanmbray), este Municipio pertenece a la provincia de Villa Clara y dista 35 km. de la ciudad de Santa Clara.

Manicaragua estuvo atendida por un sacerdote cubano de edad avanzada, padre Antonio Azzel, quien vivía en Santa Clara y a pesar de su gran espíritu misionero le era imposible cubrir todos los lugares de la zona, que cuenta con unos 60 caseríos sin explorarlos todos.

En el transcurso de los dos primeros años, nuestro único objetivo fue conocer la realidad, adentrándonos con mucha cautela y prudencia. El lugar es muy pobre, los asentamientos están en zonas montañosas y muy alejados el uno del otro. El número de sectas e iglesias pentecostales es incontable; es por ello, que estamos llamadas a incrementar la fe de los católicos que la practican y, que en otros casos, la viven silenciosamente.

Gracias a Dios y al espíritu misionero de la Iglesia, el 16 de febrero de 2017 llegaron dos sacerdotes misioneros de nacionalidad peruana. A raíz de entonces, con una renovada organización pastoral y programación mensual, hemos podido dar una nueva imagen para llevar el Evangelio, formar pequeñas comunidades cristianas y acompañar a niños y adultos con la catequesis de iniciación cristiana.

La solicitud de una comunidad misionera en Cuba la hizo Mons. Arturo González, obispo de Santa Clara, Cuba, quien demuestra cercanía y apoyo con nuestra Congregación, a ejemplo de Jesús, el Buen Pastor.

Nos acogemos a la intercesión de nuestra Madre de la Caridad del Cobre, a quien tanto aman y veneran los cubanos con gran esperanza, para que alcance de su Hijo la gracia misionera que esta tierra necesita (Testimonio de sor Matilde Paredes, 2018).