Dios sea bendito queridos hermanos y hermanas de la familia Salesia.
El don de la vida que Dios nos ha regalado tiene una finalidad santa.
En el capítulo anterior, meditamos sobre la muerte para tomar conciencia de cómo es nuestra vida actual y aspirar a la vida eterna. Agradecemos al Señor y le ofrecemos nuestra vida en perfección para agradarle siempre.
En este nuevo capítulo, meditaremos sobre la Palabra de Dios respecto a lo que sucederá después de la muerte, y el camino que nos espera junto a Dios o lejos de Él.
¡Bienvenidos y bienvenidas!